miércoles, 29 de enero de 2014

Post-estructuralismo

Cuestionario Terry Eagleton, Post-estructuralismo
Página 80-84

1.- ¿Cómo es posible separar el significado del significante, de acuerdo con Eagleton y los post-estructuralistas?
El significado y el significante no tienen un hilo invisible e inseparable que los une, uno no es espejo del otro, entonces mientras el significante insiste en ser algo, necesita otros elementos que lo ayuden a formar su significado, de esta manera la lengua se vuelve viciosa porque los significados son a su vez significantes o al revés.

2.- ¿A qué se refiere cuando dice que el significado nunca es idéntico a sí mismo?
El significado pasa a tener otro dependiendo del contexto en el que se encuentre, ya que todos los significados que están alrededor de él influirán para darle un último significado; pero sólo dentro de esa construcción (sea frase, oración o discurso)

3.- ¿Cómo sería una experiencia o un concepto "libre de toda mácula"?
Si eso existiera probablemente sería indescriptible.
Usamos sin parar signos que significan y que explican el pensamiento, dejar de lado eso casi sería una especie de posesión donde el interior se encuentra en conexión con el significante trascendental, algo así como el mantra.


4.- ¿Qué es un significante trascendental?
Es el signo que dará significado a todos los demás, y el significado al que en forma indudable se aferran todos nuestros signos y hacia el cual señalan.
El significante trascedental espera dar fundamento a nuestro sistema de pensamiento y lenguaje, debe encontrarse por encima del sistema, sin mancharse con el juego o movimiento de las diferencias lingüísticas.
Es una necesidad para fijar la meta en la búsqueda del inicio del lenguaje y análisis de la lengua.

5.- ¿Qué es la desconstrucción?
Da cuenta de que las oposiciones binarias no se restringen del todo sino que además de hacerlo también se complementan, los opuestos comparten una base que los hace diferente e iguales al mismo tiempo.
Es el nombre que se da a la operación crítica por la cual se pueden socavar en parte esas oposiciones, o por las cuales se puede ver que se socavan mutuamente en el proceso del significado textual.

lunes, 27 de enero de 2014

Cerrado o abierto

De acuerdo con el escritor Umberto Eco, el texto literario siempre está dirigido a un destinatario, el cual es una persona que construye el autor para dirigirle su escrito, a este destinatario lo llama lector modelo, y éste debe ser capaz de cooperar en la actualización textual de la manera prevista por él  [el autor] y de moverse interpretativamente, igual que se ha movido generativamente (p. 80) para alcanzar al lector modelo no sólo significa “esperar” que exista, sino que también mover el texto para construirlo (p. 81) Por eso el autor debe elegir las palabras con las que se expresa para lograr una comunicación fluida, sin embargo en este esfuerzo el texto está plagado de ambigüedades y/o espacios desconocidos para el lector, y por eso, también el autor debe prever las posibles fallas de su lector modelo y llenar esos espacios en blanco, de esta forma el texto alimenta al lector; aunque en ocasiones éstos son puestos y dejados a propósito para permitir al lector realizar su “cooperación” para llegar a la interpretación, aunque el texto desea ser interpretado con un margen suficiente de univocidad (p. 76).  El autor elige la lengua (en que escribirá), el tipo de enciclopedia (palabras) y elegirá determinado patrimonio de léxico y estilístico.  
La mención introductoria del lector modelo sirve para explicar lo que Eco llama textos abiertos y textos cerrados. Esta clasificación tiene que ver con la capacidad del lector para interpretar lo escrito, en otras palabras la competencia con la que el lector cuenta para enfrentarse al texto, además de la postura y otras cosas exteriores que no son mencionadas por Eco.
Para los textos abiertos, Eco sentencia que el autor debe sacar partida de la pragmática... Decide hasta qué punto  debe vigilarla cooperación del lector, así de como dónde debe suscitarla, dónde hay que dirigirla y dónde que dejar que se convierta en una aventura interpretativa libre (p. ) pues bien, tenemos que si el texto es una unificación de palabras que apuntan hacia algo (que de un principio no sabemos qué, y que, conforme avanza la lectura se descubre) entonces el autor debe “jugar” con su lenguaje para crear una ambientación casi perfecta para que su escrito tenga la interpretación pertinente y que su intención sea cumplida, puede ser que el autor quiera dar pie a opiniones y/o visiones múltiples del texto, por eso recurre a su ingenio estilístico al mismo tiempo que construye el lector modelo.
Un texto que permite múltiples interpretaciones, es uno muy antiguo y base de muchas religiones, la Biblia (Santa Biblia si prefieren)- aunque seguramente un estudioso de ésta podrá dar más a profundidad de sus orígenes me limito sólo a mencionarla como ejemplo-  tenemos una serie de “libros” que la conforman, en ella se escriben cientos de relatos que en la antigüedad eran sólo concebidos como mandatos de Dios y que se debían cumplir, no se aceptaban reproches ni nada, pero Lutero exclamó que cada persona debería poder leer la biblia y darle el sentido que cada uno quisiera, después de eso cada religión decidió la inclinación que quiso, un ejemplo es la santificación de la Virgen María, los católicos la consideran un santo ya que es la madre de Dios y se basan esto con lo que les dice la Biblia, sin embargo los cristianos observan que María solo fue virgen al tener a Jesús, pero perdió toda su santidad cuando tuvo más hijos (cosa que dejó para que lo especifiquen los estudiosos).
Quizá la mejor manera de ejemplificar son los finales abiertos, me valdré de una película llamada Inception (El origen en Hispanoamérica) cuyo final deja al espectador a un final en suspenso en el que el espectador decide cómo terminar la secuencia:
Final de El origen
Aquí observamos la serie de “elementos” con los que guía a público a la duda, por ejemplo la explicación anterior de la utilidad y necesidad de un tótem, al dar esa explicación se está dando información para que el espectador forme su interpretación final.
Los textos cerrados son aquellos que tienen limitado su lector modelo y su función comunicativa, sin embargo para Eco no hay texto más abierto que un cerrado. También para él estos suelen ser los más violentados, ya que a veces el lector fuerza el texto para dar la interpretación de un texto. Sigo con el ejemplo de los relatos de la Biblia, por ejemplo en el libro del Génesis 2:23 Adán exclama:
-          Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne […]
En esta frase, algunas personas interpretaron la palabra ahora como la mención implícita de la primera esposa de Adán, Lilith quien después se convirtió en todo un símbolo femenino, hubo después un sin número de interpretaciones de ese personaje no mencionada pero que una vez afirmado exploto la imaginación a la multiplicidad de voces y sentencias en torno a ésta, Sin embargo los religiosos afirmarán que sólo habla de la creación de la mujer y que no hay más.
Los textos cerrados tienen una estrategia diferente en la escritura y estilística, pienso e imagino en los libros de superación personal, cuyo fin es mover al lector a una reflexión de cómo está llevando su vida, ver el lado bueno de la situación y no sentirse sólo. Sin embargo si por alguna casualidad este texto llega a ser leído como la máxima obra cuyo lenguaje intriga en verdad al lector este puede dar un giro. Pensemos también que los textos cerrados tienen un lector modelo especializado, podría decirse que por ejemplo, en las crónicas de Bernal, que eran sólo para relatar lo sucedido en aquella época, pasó a formar parte de la primera literatura mexicana, de alguna manera ésta dio un salto para pasar a algo más, lo mismo sucede con las cartas de relación.

Dejo entonces al lector de este blog con la incógnita de ubicar los ingeniosos anuncios de la librería Gandhi, cuya campaña de fomento de lectura suelen ser juegos de palabras, en mi punto de vista pertenecen a un público cerrado, que probablemente sean los no lectores para incitar la lectura sin embargo han pasado a ser casi un emblema para los lectores.




Bibliografía: Eco, Umberto; Lector in Fabula, la cooperación interpretativa en el texto literario; Editorial Lumen, tercera edición 1993.

miércoles, 22 de enero de 2014

Cadena de favores (Palimpsestos)

Se dice que la literatura ha agotado todos los temas posibles de los cuales se puede hablar y que lo que queda es crear nuevas formas de contar, pues bien me parece que es por allí la situación que mejor ayuda a entender el texto de Palimpsestos de Genettet.

La primera característica que menciona es INTERTEXTUALIDAD: "Relación de coprecencia entro dos o más textos; es decir, edeíticamente y frecuentemente, como la presencia efectiva de un texto dentro de otro. (p. 10)"
 Tenemos un claro ejemplo de esto en el cuento “Pierre Menard, autor del Quijote” de Borges y aunque el titulo ya en sí hace referencia a otra obra, que el lector debe conocer para comprender en su totalidad la trama del cuento. Gerard dice que la intertextualidad se puede dar con una cita con “comillas, con y sin referencias precisas”, siguiendo este cuento, el narrador lee una carta de Pierre donde hace referencia a las lecturas que realizó: 
He cursado asimismo los entremeses, las comedias,  la Galatea, las Obras Completas, los trabajos sin duda laboriosos de Persiles y Segismunda…” 
Estas obras son claras citas intertextuales que el autor hace para ilustrar la ávida lectura del personaje Pierre.
También me permito aquí citar una canción en las cuales la intertextualidad es evidente:

La letra de la canción dice ... como las golondrinas del poema de Becquer ... y bueno, el escucha puede entrar al internet y buscar el poema y leer:  Volverán las obscuras golondrinas a posarse...

Como segunda característica encontramos el PARATEXTO, la idea de éste es que tipos de señales accesorias, autógrafas o alógrafas, que procuran un entorno (variable) al texto (p. 11) puedo ilustrar esto con un los títulos y subtítulos de obras, como El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha de Cervantes, el cual cada capítulo lleva un subtítulo que especifica o resume el capítulo:
CAPÍTULO III
DONDE SE CUENTA LA GRACIOSA MANERA EN QUE TUVO DON QUIJOTE EN ARMARSE CABALLERO.

La METATEXTUALIDAD es la tercera característica, y Genette la define como: La relación  que une un texto a otro que habla de él sin citarlo (p. 12) Para ejemplificar esto tenemos el soneto Soneto XXIX de Garcilaso de la Vega, cuyo inicio es
Pensando en el mar Leandro el animoso…
Este inicio y por el sustantivo Leandro, si el lector recurre en su búsqueda encontrará relación con el mito de Ovidio en Las Herodias, en el que cuenta que Leandro cruzó el mar para poder ver a Hero.

Después, Genette salta a la quinta  característica llamada ARCHITEXTUALIDAD, la cual hace referencia al horizonte de expectativas, en el cual su carácter es taxonómico y toca al lector o crítico aceptar ese carácter que acompaña el título, tenemos por ejemplo El vampiro de la colonia Roma, en el cual el título presupone al lector en una idea fantasiosa en cuanto a la palabra vampiro pero que al leer la obra esta palabra adquiere otro significa y podría pues así clasificarse fuera de las novelas del género vampírico del estilo de Stoker, Anne Rice o Joseph Sheridan Le Fanu.

Define como la cuarta característica literaria a la HIPERTEXTUALIDAD, y la define como: “Toda relación que une un texto B a un texto anterior A, en la que se injerta de una manera que no es la del comentario. (p. 14)”
Para ilustrar esto menciono dos textos (un poema y un cuento) que sin duda, al seguir las palabras de Gennet uno pareciera no poder existir sin otro, me refiero al poema "Amor constante más allá de la muerte" en contraposición al cuento "Muerte constante más allá del amor"sin duda este juego de palabras que cambian de lugar da pie a pensar en la posibilidad del tema en cada uno, se verá pues, al leer, que ambos resultan ser contrarios, y aunque Márquez no intenta imitar el texto de Quevedo pero sí hace alusión a una derivación aunque sea del mismo título y de esta forma cambiar el tema a su contrario.

BIBIOGRAFÍA: Palimpsestos, Genette Gérard, TAURUS, 1989

martes, 14 de enero de 2014

La literatura: ¿un lenguaje extraño?

Una pregunta relevante para realizar un estudio literario sería: ¿Qué busco en un texto para que sea literario? Y por consiguiente, al tratar de contestar, surgiría la pregunta del millón: ¿QUÉ ES LITERATURA?
Uno de los grupos que estuvieron casi en la cúspide de contestarla fueron los formalistas, sin embargo ante su tesis de que LO LITERARIO SE ENCUENTRA EN EL EXTRAÑAMIENTO DEL LENGUAJE, tras una ardua reflexión se cuestiona uno que tan cierto es eso, siguiendo la lectura de Eagleton en su libro Introducción a la teoría literaria, vemos pues los conflictos que esto supone, porque un ‘extrañamiento del lenguaje’ también puede encontrarse en un slogan o hasta en un comercial, porque en ocasiones hasta cuentan con musicalidad y rima. Pero a raíz de observar estos fenómenos nos llevan a más preguntas que respuestas: ¿Qué hace entontes que una frase u oración cotidiana sea literario dentro de un libro? ¿Qué hace que una frase u oración con rima, musicalidad y demás elementos que se atribuyen a lo literario sean pues sólo de uso diario?
En la actualidad tenemos el ejemplo del movimiento de contracultura llamado “ACCIÓN POETICA”, lo que algunos consideran arte literario urbano y otros simple ociosidad o vandalismo, y, si al leer sentimos nuestras emociones a flor de piel o una ira desbordante por rayar una pared. Eagleton afirma que según ellos (los formalistas) la crítica debía separar arte y misterio y ocuparse de la forma en que los textos literarios realmente funcionan (p. 6). Entonces pues cual sería la respuesta a la incógnita ¿Son o no son literarios? 
 Un punto se observa en el texto  es que el discurso no es pragmático, diciendo que el lenguaje literario dista de un letrero porque éste solo tiene la intención de informar, y la literatura no.
Repensando la pregunta acerca de las características literarias, podría uno salirse con la tangente, afirmando: LO LITERARIO ES LO QUE EL CANON ACEPTA; pero eso sería usar menos la cabeza ya que, sin cuestionar el juicio de quien dictan el canon, es limitarse a dejar la duda y la reflexión a otros; ¿Qué hace pues, por ejemplo que el best seller de una tienda popular sea tachado de no literario y que un libro que ha ganado el Premio Nobel sea literario? Todo suena un tanto disparatado en cuanto encerrar una característica general. Tenemos otro ejemplo: en México tenemos como primeras muestras de literatura, las crónicas de Bernal (no era mexicano) no estaban pensadas como un libro de ficción sí pasó a la trascendencia como una literatura, los conquistadores religiosos hacían 'pastorelas' para evangelizar a los indígenas y también pasaron como LA lieteratura, y en esa línea pensemos ¿por qué pasaron a considerarse literatura? Alguna vez en clase escuché, durante una exposición sobre hermenéutica, que para que un libro sea considerado literario debían pasar mínimo cincuenta años, pero es mucho tiempo, creo, para tomar un valor; algunas personas dicen que para que un texto sea valorado como bueno (canónicamente) el autor debe haber muerto, pero qué triste sería morir para que el libro que has escrito entre en el ambicioso cánon. Existen muchas cuestiones que nos confundirían para llevar a cabo el silencioso voto de aceptación hacia lo que otros dicen, pero sin duda es la mejor salida ante un dilema tan grande como el saber qué es literatura.
Pero ¿qué hay sobre la literatura y la música? ¿Las letras de las canciones son o no literarias? En una entrevista de hace poco tiempo, el famoso cantante Pitbull dijo: mis letras tienen mucha influencia de Julio Cortázar y Pablo Neruda.., y la comunidad estalló en burlas, aunque también pongo en duda la intertextualidad de estos autores, pero tal vez lo poético cambia con el momentoEntonces ¿Qué pasa si leo Para que tú me oigas de Neruda y si leo la canción Sube las manos pa’rriba de Pitbull? ¿Es una cuestión de juicios de valor personales o sociales? Si el extrañamiento del lenguaje es lo literario, entonces ¿por qué una oración que lleva las palabras sube y pa’rriba no es literaria a comparación de otra que parece más común?
Para hacer un estudio literario pues se nota no sólo basta con la forma en la que está estructurado el texto, porque al final ya ha pasado mucho tiempo desde que los formalistas iniciaron esa gran búsqueda, hay otras cosas como el contenido y repercusión social, que si bien no es lo principal también debe tomarse en cuenta como parte de la respuesta, o al menos es un punto a considerar en la pregunta. Hacer complejo y extraño el lenguaje, como los formalistas afirmaban, no basta para llamarse literatura, porque en ese caso un manual sería literario para alguien que no conoce ni maneja los términos de esa área, aunque obviamente se refieren como extrañamiento a una morfosintaxis casi inusual pero debemos ser claros en lo que planteamos, no importa que yo le diga diario a mi pareja: tus ojos son dos faros que me guían en la obscuridad; y pero sí que lea: las mujeres nos imaginamos que el sentimiento de admiración siempre encierra algo más,  en la obra de Jane Austen, si miramos y analizamos de cerca, la primera es una metáfora y la segunda es sólo una oración que no encierra más que un solo significado, estamos pues observando los problemas de la teoría formalista.
Eagleton cierra con: lo que hasta ahora hemos descubierto no se reduce a ver que la literatura no existe en el mismo sentido en que puede decirse que los insectos existen, y que los juicios de valor que la constituyen son históricamente variables, hay que añadir que los propios juicios de valor se relacionan estrechamente con las ideologías sociales (p. 14) entonces, asumimos que ¿lo que antes era bueno ahora ya no? Creo y asumo que en realidad se refiere a  que es igual que todos las grandes divisiones de tiempo: se contraponen al mismo tiempo que se complementan y que además su base está en aquello que niegan.

Bibliografía Eagleton Terry, Una introducción a la teoría literaria, Fondo de Cultura Económica.

miércoles, 8 de enero de 2014

Los espacios vacios


Solía sentarme con un libro sobre las rodillas y disfrutar de sus páginas, leía por el puro goce de las vidas fuera de mí, podía reflexionar y guardar lo que me dejaba cada uno de los textos. Sin embargo, después de alimentado mi gusto por los libros y definida mi  carrera me enfrento con que existen "teorías literarias" para entender más allá de las palabras que están escritas de manera "ordenada".
Me causaba ruido en mi cabeza pensar que la literatura tuviera un método para desentrañar el contenido de los libros. Me enseñaron las funciones de Propp, pero no podía dejar de pensar en la película de Shrek y decirme: ¡La necesidad de innovar! Ningun personaje correspondía a su prototipo pero desempeñaban bien su papel que les habían asignado, de este modo un ogro feo podía ser un héroe que rescata a la princesa y tiene su final feliz.
Seguí sin que ninguna de las teorías captasen mi especial atención, me dolía la cabeza de pensar en la hermenéutica y me veía en un callejón sin salida, pensaba que la teoría no estaba hecha para mí, quizá, con toda la resignación del mundo, jamás entendería el afán de querer encontrar el verdadero significado de un texto, me bastaba con leer e imaginar, tener un acto íntimo con el libro donde él y yo quizá éramos uno.
Un día, al entrar al salón de clases estaba en la pantalla el inicio de una película, la descripción es peculiar, porque en escena sólo figuran los personajes y parece que están montados en una tarima con tan pocos recursos físicos pero suficientes como para transmitir al espectador el contexto en que se encontraban. Avanzaba la película y captaba mi interés todo lo que podía entender sin que estuviera allí, entonces la profesora dijo: ¡Y eso es lo que plantea Iser! La imaginación del lector completa la obra del autor convirtiendose en coautor.

Dogville me abrió el panorama entre la imaginación y el análisis, me mostré menos tensa ante la idea de una teoría literaria. No me casé con la idea de Iser, pero siempre que me enfrento a un nuevo texto literario puedo retar a mi lector interior para imaginar y llenar esos espacios vacíos.