miércoles, 5 de febrero de 2014

El arte en el capitalismo (un producto para la cultura de masas)

Frankfurt, Arendt y la crítica moderna
La cultura de masas invadió todos los ámbitos, hasta el arte, esto dio pie a una serie de discusiones y debates que terminaron en teorías para explicar el arte en el capitalismo, puesto que el arte por ser invaluable se le ponía un precio desorbitante. Se dice que el capitalismo todo lo volvió un mero producto y nada más, es como coleccionar para presumir, sin valer de verdad la espiritualidad del arte.  T. W. Adorno y H Horkheimer postulaban una visión racionalista-colectivista, para ellos el arte se hubo convertido en una necesidad de consumo, de esta manera se sustituyó la calidad estética de una obra (y todo lo que implica para los críticos de arte) por el valor de cambio. La industria cultural se enfocó en el consumo y no en la propagación del arte. La cultura sufría una mezcla con la publicidad. Ellos afirman que la cultura de la imagen confirmaba, pues, la nueva naturaleza del arte mercantilizado: la del buen consumo. Tenemos pues un bombardeo visual que llena la cabeza del consumidor para aproximarse al arte, pero en ese incesante golpe de publicidad la persona ya no piensa en el arte en sí mismo como expresión única de la cultura sino en el consumo y necesidad de tener algo así tan próximo.  Es como comprar por comprar.
Afirman que la diversión se ha vuelto una necesidad, todo responde a una economía, creo que no tiene que ver en cuánto tienes para conseguirlo sino qué harás para… y qué es lo que consumirás. Me parece que el consumo, la economía y la “popularidad” están llevando al arte en una sobrevaloración. Parte de esto desprende en las réplicas.
En la producción del arte, ahora no se toma el tiempo para darle una esencia, estilo y estética, sino que se escribe deprisa, toda una noche de inspiración sentado con un lápiz para terminar una obra.
Las teorías modernistas de D. MacDonald y C. Greenberg su postura fue idealista-individualista. Creían que el arte estaba fuera de la sociedad, como un sistema autónomo, aseguraban la autonomía del arte: la unicidad del original y la pureza de la obra, precisamente lo contrario a la reiteración de la cultura de masas.
Leavis por su parte decía que se debía hacer una selección de obras (clásicas) que eran verdadero arte y eso enseñar, sin embargo esta visión dejaba fuera al arte moderno, cerraba la visión de la nueva creación o del nuevo arte. Él tenía una defensa de un arte de élite, y esto causa mucha más controversia que lo que aportaba, porque presenta una visión muy corta de la nueva creatividad.
El Best seller
Según H. Arendt, la cultura de masas no existió, todo fue un mal entendido, puesto que no es lo mismo cultura y entretenimiento, esta autora rebatió los conceptos de Adorno y Horkheimer a cerca de la cultura de masas. Para ella este entretenimiento está presente tanto en la televisión (y el cine también se puede integrar) y la literatura. Esto lo ejemplifica con el best seller, y bueno no es difícil verlo aun en la actualidad, además que del libro se ha extendido hacia el cine, puesto que es visible las numerosas películas pasadas en libros de este tipo y sus numerosas secuelas.
Tenemos muchos ejemplos: la saga de Harry Potter, Crepúsculo, Los juegos del hambre y Cazadores de sombras; este tipo de obras  están llegando al público lector y al espectador, sin embargo bajo el argumento de la autora Arendt tenemos el consumo inmediato vs el carácter de durabilidad, bajo esta visión los best seller no perduraran ya que la producción de ellos está al por mayor, y sirven sólo de enganche para el entretenimiento, mientras el público se fascinó por la primera entrega (tanto en tomo como en película) se mantiene interesado por lo que vendrá, y también por el autor, en algunos caso se inclina más por los actores, los productores y el director, entonces se hace una estrategia industrial (estrategia de publicidad), en la cual se centra en un fenómeno y de allí revender en diferentes ámbitos el mismo producto.
Para ella “el arte fue sustituido por el entretenimiento”, por eso es fácil pensar que mientras se leen esos libros (que es lo que está de moda y permite entrar a un círculo social aparentemente privilegiado) estoy dentro del conocimiento del arte y de la alta cultura; sin embargo esto sólo es “una degradación de la cultura”. Si el entretenimiento era un vacío después de todo lo laboral, ahora ha pasado a ser casi un tiempo completo, las familias prefieren quedarse un fin de semana viendo una serie televisiva, un “domingo de películas” (dónde se ven las sagas) o leer un best sellers.
La visión de Arendt dio pie a una visión ideal-colectivista.